DE VERDAD, GRACIAS. Si después de leer la entrada dedicada al casco, con sus amenísimas anécdotas sobre palas de timón desalineadas y burbujas hidrolíticas purulentas, seguís leyendo esta guía, gracias. Como recompensa, os permitimos subir a cubierta, donde volveremos a vernos las caras con la corrosión y los deslaminados podridos y comprobaremos la solidez y sellado de todos los accesorios. Suena bien, ¿eh?
Toma de contacto
Pues ya estamos a bordo. Para empezar, echaremos un vistazo al primer vídeo de una serie de cuatro que hemos encontrado por ahí en los que un perito francés examina (por la vía rápida) un velero. Aunque nosotros seguiremos un enfoque más exhaustivo, el video te ayudará a familiarizarte con cómo moverte a bordo sin parecer demasiado novato.
Aquí, lo que más nos interesa es ver cómo revisa la fijación de los candeleros y de los balcones de proa y de popa. Nosotros seguiremos su ejemplo y haremos lo mismo, pero de un modo más puntilloso porque nos jugamos nuestro buen dinero: no nos saltaremos ni una sola de las piezas en busca de signos de debilidad, filtraciones o corrosión, ya sea en las bases de los candeleros o en el resto de elementos de cubierta. De ahí pasaremos a las escotillas, las ventanas y la bañera.
Pero cada cosa a su tiempo. Para comprender qué estamos revisando, lo primero es ver cómo es una cubierta típica y de qué modo deben estar fijados a ella los distintos accesorios.
La construcción en sándwich
Casi todas las cubiertas están hechas siguiendo un sistema de construcción llamado sándwich, con dos forros exteriores y un núcleo de madera de balsa, contrachapado o espuma de PVC. Este núcleo se emplea por su ligereza y fortaleza, así como por sus cualidades aislantes, tanto térmicas como acústicas.
Pese a sus ventajas, uno de los principales riesgos en las cubiertas construidas en sándwich son las filtraciones de agua. Cuando el agua penetra en el núcleo, puede causar pudrición o deslaminación, debilitando la estructura y afectando incluso al interior del barco. Por lo tanto, uno de nuestros objetivos principales será detectar cualquier indicio de estas filtraciones.
Las filtraciones pueden tener muy diversas causas. A saber:
- Mal estado de los portillos y escotillas.
- Fisuras en la base del mástil.
- Uniones defectuosas entre el casco y la cubierta.
- Sellado deficiente en tornillos de accesorios como winches, mordazas o cadenotes.
No hay nada intrínsecamente malo en el sistema de construcción en sándwich, pero podemos tener sorpresas desagradables si se han cometido errores de diseño, de fabricación o en la instalación de los accesorios.
La mayoría de problemas suelen llegar por esta última vía. Las cubiertas están diseñadas (o deberían) para ser absolutamente impermeables, pero es normal que los propietarios necesiten fijar distintos elementos, como, por ejemplo, cuando quieren reenviar toda la maniobra a la bañera. Si realizan el trabajo ellos mismos sin saber bien dónde se meten pueden crear un punto de entrada de agua que con el tiempo acabe pudriendo el núcleo o separándolo de sus pieles exteriores. Y como nosotros estaremos mirando barcos usados, tiempo habrá habido para que eso ocurra.
Filtraciones y cubiertas blandas
Esponjosidad
Para comprobar el estado de la cubierta, una buena idea es descalzarnos y caminar presionando el suelo con la punta de los dedos de los pies, lo que nos permitirá detectar zonas que cedan o sean excesivamente flexibles. Aunque cierto grado de elasticidad es normal, podemos imaginar que algo no anda bien si esa variación supera el centímetro o las mismas zonas a ambos lados de la cubierta se comportan de modo distinto. En el caso de que haya deslaminación, puede que también notemos un crujido.
Crujidos
¿Oís un ruidito? ¿Parece que la cubierta cede? Veamos cómo actuar: Nos pondremos sobre la zona sospechosa con los pies juntos para concentrar el peso de nuestro cuerpo; a continuación, nos moveremos arriba y abajo como si estuviéramos ejercitando las pantorrillas. No saltaremos, tan solo presionaremos. ¿Notamos que la cubierta se hunde? Pues casi que podemos ir a ver el siguiente barco, pero ya que estamos podemos completar la inspección con la prueba de percusión, que consistirá en golpear con un martillo de nylon o con el mango de un destornillador el área que examinamos. Cuando los golpeteos producen un sonido sonoro, se supone que todo está en orden, pero un sonido sordo o inconsistente puede ser signo de delaminación; lamentablemente, no siempre es fácil notar la diferencia.
Examen visual
Por último, completaremos nuestro despliegue de técnicas de inspección no destructivas con el examen visual, durante el cual buscaremos grietas alargadas y teñidas de marrón. Si vemos muchas, mal indicio. Este tipo de grietas generalmente indican la presencia de filtraciones de agua que han provocado corrosión o pudrición en el núcleo. También pueden ser señal de que las tensiones estructurales han superado la resistencia de la cubierta debido a un mal diseño, mal sellado de los accesorios o reparaciones inadecuadas.
Candeleros y balcones de proa y popa: seguridad y estanqueidad
Los candeleros son la principal fuente de filtraciones en una cubierta, además de un elemento de seguridad esencial. Cuando nos apoyamos en ellos, la fuerza que se transmite hasta su base se multiplica varias veces por obra y gracia de la ley de la palanca, de modo que los necesitamos en perfecto estado, por el bien del barco y el propio. En los candeleros buscaremos signos de corrosión, grietas en su base que puedan ser una fuente de filtraciones y comprobaremos la solidez de las fijaciones.
Sucede que en ocasiones ni tan siquiera es posible examinar bien los candeleros porque acceder a ellos desde el interior no es posible o fácil. Esto significa que una hipotética filtración puede no haber sido reparada nunca y que no va a dejar de propagarse hasta que alguien tome cartas en el asunto o el barco se convierta poquito a poco en un deshecho.
Y lo mismo es aplicable a los balcones de proa y popa.
Portillos y escotillas: puntos críticos de filtraciones
Las filtraciones alrededor de los marcos de las ventanas son un problema serio. Causan daños en laminados, carpintería, colchones, etcétera, y pueden ser síntoma de errores de diseño muy difíciles de solucionar que afectan a todo el barco. No olvidemos que la reparación de filtraciones en portillos y escotillas rara vez se soluciona con un simple calafateado.
Revisión de los portillos
Lo que puede suceder con ellos es que la caseta (la parte de la cabina que asoma en cubierta) es débil y los marcos de los portillos no pueden soportar todas las fuerzas a los que se ven sometidos al navegar. Para diagnosticar este problema, seguiremos los pasos siguientes:
- Examen táctil y visual: Comprobaremos si los marcos están doblados o deformados. Hay que prestar atención porque no siempre es obvio.
- Prueba de presión: Aplica presión alrededor de los marcos. Si el marco o la cubierta ceden, eso es indicio de un problema estructural. También nos subiremos en la caseta, justo encima de los portillos, y siguiendo el sistema descrito para determinar la esponjosidad de la cubierta, veremos si nuestro peso hace que sus marcos se muevan.
- Prueba de percusión: Golpea suavemente con un martillo la pared exterior de la caseta, cerca de los portillos. ¿Está bien templada o parece temblar?
- Examen interior: Buscaremos signos de humedad, con especial atención a cojines, colchones y tapicerías, que delaten filtraciones.
Revisión de las escotillas
Aquí, los quebraderos de cabeza suelen deberse a una incorrecta instalación, algo difícil de corregir. La historia suele suele ir así:
A. La cubierta no cuenta con una estructura de soporte adecuada en el interior y se comba en algún grado, lo que hace imposible el perfecto sellado de las escotillas. Al igual que con los portillos, la única solución pasa por un trabajo de refuerzo estructural. Un jaleo.
B. La cubierta está bien, pero la abertura en la que va instalada la escotilla está mal diseñada. Si el constructor se limitó a abrir un agujero en una cubierta con núcleo, colocó una escotilla y la atornilló, ahí tenemos una fuente de problemas: cualquier movimiento debilitará el sellado y los tornillos. Si estos están sueltos y no es posible apretarlos, mala señal.
La bañera: un lugar clave para la comodidad y la seguridad
La bañera es probablemente el lugar en el que pasaremos más tiempo, así que no estará de más dedicarle la atención que se merece. En ella, además de todo lo señalado hasta ahora sobre grietas, corrosión, etc., comprobaremos el buen estado de los asientos, del suelo y de las tapas de los cofres, cuyo interior también inspeccionaremos, algo que a menudo se pasa por alto.
Si nos encontremos los cofres llenos de bolsas de velas y otros equipos no dudemos en vaciarlos para meter la cabeza. Igualmente, echaremos un vistazo al lugar donde va alojada la bombona de gas, que debe disponer de ventilación (tanto el gas propano como el butano son más pesados que el aire, por eso, en caso de una fuga, se acumulan cerca del suelo, lo que es un peligro en áreas cerradas). Ya puestos, también comprobaremos el estado de los reguladores, que al ser de aluminio pueden oxidarse, y la fecha de caducidad del tubo conectado a la bombona, no tanto por el precio de reemplazarlo sino por lo que nos diría respecto a la atención que ha recibido el barco encontrarnos uno que lleva tiempo caducado.
Para terminar, estará bien que no respondamos algunas preguntas de sentido común y carácter general, que son las que más nos gustan: ¿Es la bañera cómoda? ¿Hay suficiente espacio para el timonel? ¿Ofrece buenos apoyos cuando el barco escora? ¿Está protegida del viento y de las salpicaduras? ¿Y del sol? ¿Incluye bímini, toldo, escalera o plataforma de baño y están estos elementos en buenas condiciones? Respecto a lo último, tengamos en cuenta que los tejidos y vinilos del exterior no son eternos y que hay que cambiarlos cada 5 a 7 años. Si ves que están gastados, eso significa una inversión adicional.
Resumen de puntos clave
- Revisión de fijaciones: Comprobar la fijación de candeleros, balcones de proa y popa, buscando signos de debilidad, filtraciones o corrosión.
- Construcción en sándwich de la cubierta: Analizar si hay filtraciones en el núcleo de la cubierta, que puede ser de balsa, contrachapado o espuma de PVC, lo que podría causar pudrición o delaminación.
- Filtraciones en la cubierta: Examinar posibles filtraciones causadas por problemas en portillos, escotillas, base del mástil, uniones entre casco y cubierta o mal sellado de tornillos.
- Esponjosidad y crujidos: Detectar zonas blandas o delaminadas caminando sobre la cubierta y realizando pruebas de presión y percusión.
- Examen visual de grietas: Inspeccionar visualmente la cubierta en busca de grietas alargadas y teñidas de marrón, que podrían indicar filtraciones o fallos estructurales.
- Candeleros y balcones: Asegurar la solidez y estanqueidad de los candeleros y balcones de proa y popa, ya que son puntos críticos de filtraciones y seguridad.
- Portillos y escotillas: Evaluar el estado de los marcos, realizar pruebas de presión y percusión, y buscar signos de filtraciones alrededor de los portillos y escotillas.
- Problemas estructurales: Identificar deformaciones o problemas en la estructura que dificulten el sellado correcto de escotillas y portillos.
- Revisión de la bañera: Inspeccionar asientos, suelo, cofres, el lugar de la bombona de gas, y otros elementos como la plataforma de baño, asegurando que estén en buen estado y proporcionen comodidad y seguridad.
- Confort y estado general de la bañera: Verificar si la bañera es cómoda, si tiene suficiente espacio y está protegida del viento, el sol y las salpicaduras, además de revisar el estado de elementos como el bímini, toldo o escalera.
Me encantó la publicación. Aprendí mucho que no tenía idea y que me servirá si me decido a comprarme un velero
¡Gracias, Andrés! Me alegro de que te haya servido. Esta guía llevó mucho trabajo.