Las características del velero perfecto


DE ENTRADA, UNA CONFESIÓN: no os podemos decir cómo es el velero perfecto. Os hemos engañado con un enunciado prometedor para traeros hasta aquí. Habría sido más honesto titular la entrada: «Cómo elegir un velero de segunda mano». Con vuestra indulgencia, abordaremos eso en base a:

  • Tipo de velero
  • Uso
  • Tamaño
  • Coste de adquisión y mantenimiento, y
  • Dedicación

Lo cierto es que comprar un velero se parece más a un acto de autoevaluación que a elegir entre unos barcos en oferta, porque a la pregunta de qué barco es la mejor opción hay que responderse con otra pregunta: ¿mejor para qué? Y es que un error típico de primer comprador es adquirir un velero sin tener en cuenta cuál será su programa de navegación.

Como señala nuestro santo patrón Don Casey en This Old Boat, todas las embarcaciones están construidas buscando el equilibrio entre diferentes aspectos: velocidad y confort, buen comportamiento con vientos portantes y en ceñida, ligereza y estabilidad, facilidad de manejo y prestaciones, belleza y función.

En consecuencia, hay tantas variables dependiendo de lo que queramos hacer que resultaría gratuito redactar una lista con los «mejores veleros» o, como prometíamos sin ningún pudor, definir el «velero perfecto». Lo que sí se puede hacer es señalar ciertos elementos a considerar para que cada cual saque sus propias conclusiones.

Tipo de velero

Si estamos leyendo un texto como este en una web pensada para navegantes modestos es porque no tenemos en mente comprar una goleta o un gran catamarán. Lo más corriente es que optemos por una balandra (sloop en inglés, el velero con un solo palo conocido por todos), o quizá un queche (ketch, con dos palos). También es posible que dudemos entre un velero con motor fueraborda y otro con motor intraborda. En todos los casos, cada opción tiene pros y contras.

Uso

A menudo se selecciona un velero pensando más en el tipo barco que nos gusta que en el uso que se le va dar. Pero veamos, ¿qué haremos o podremos hacer con él de verdad?

Si lo queremos usar como vivienda o como segunda residencia, el volumen y la comodidad en puerto seguramente serán nuestra prioridad.

Si queremos viajar pero también participar en regatas habrá que buscar un equilibrio entre rapidez, comodidad y seguridad.

Si principalmente queremos hacer cruceros, cabrá preguntarse: ¿haremos salidas de un día o viajes de cierta duración? ¿Los vamos a hacer solos, en pareja o en grupo? ¿Ellos ya lo saben? Es decir, los hijos adolescentes suelen tener mejores cosas que hacer que irse de vacaciones con sus viejos. Pero si todo sale según lo previsto y lo vamos a usar varias personas, habrá que tener en cuenta cosas como el volumen interior, el tamaño de la bañera, el número de literas, el equipamiento de la cocina o el tipo de baño: ¿retrete marino o WC portátil?

Adoptemos un tono prosaico y ampliemos el último aspecto: en el barco que estamos viendo, ¿puede usar uno el retrete sin necesidad de dejar la puerta abierta? ¿Podremos subirnos los pantalones con razonable libertad de movimientos? ¿Dispone de portillo y este se puede abrir para que el lavabo se airee? ¿Hay ducha?

Hacernos este tipo de preguntas puede ahorrarnos situaciones muy poco estimulantes.

Barcelona un día perfecto para salir a navegar. Varios veleros lo hacen, pero muchos otros siguen ahí amarrados. ¿Qué ha pasado? Es posible que todos esos propietarios que se quedaron en puerto pensaran en algún momento que un velero iba a suponer un gran cambio en sus vidas. Pero sucede que el mundo no se acaba en nuestro barco y un fin de semana soleado también es perfecto para ir a la montaña, hacer una ruta en moto, organizar una barbacoa, llevar a los abuelos a comer, o lo mejor de todo: dedicar tus días de descanso a reparar tu velero.

Tamaño

Hay algunas razones de peso para comprar un barco grande. Una es el espacio, aspecto que se explica por sí solo: más confort, cocina más completa, más espacio en cubierta, más capacidad de carga, etc.

Otra razón es la velocidad: las embarcaciones que avanzan por desplazamiento (que no planean) tienen una velocidad máxima limitada por su eslora. Como regla general y sin entrar en las diferencias entre los distintos posibles diseños, cuanto más pequeño es un velero más lento navega.

Aunque la velocidad es algo que puede ser importante en muy largas singladuras, cuando se está de veraneo llegar a donde sea unos minutos antes o después será un aspecto irrelevante la mayoría de las veces.

Por contra, los costes del aparejo, del invernado, del mantenimiento, en consumo de combustible, etc., aumentan exponencialmente a medida que subimos de eslora. Y si el dinero no es un problema, también hay que considerar el esfuerzo que nos exige nuestro barco al navegar: ¿podremos hacerlo en solitario o necesitaremos tripulación?

Comprar un barco de segunda mano permite hacerse con equipos a una fracción de su coste

Las buenas razones para comprar un barco pequeño también son, en parte, evidentes. Son más baratos en todo: adquisición, uso, mantenimiento, seguro, etc., y hay que dedicarles menos tiempo. También es posible que sean más fáciles de vender si los conservamos en buen estado.

Un velero pequeño nos puede llevar a sitios a los que uno grande no puede llegar. Si nos movemos por aguas poco profundas, su menor calado lo hace más manejable y seguro; por contra, si vamos a realizar largos viajes acompañados, el peso del pasaje más los equipos, suministros y equipajes puede poner en apuros a un velero ligero.

Coste de adquisición y mantenimiento

El propietario de un barco es, en cierto modo, un propietario cautivo

El dueño de un barco puede llegar a invertir mucho más en él de lo que recuperará con su venta. Comprar un barco de segunda mano en buen estado permite hacerse con equipos a un precio bastante inferior de lo que costarían nuevos.

Pero sigue siendo un gasto muy importante que además nos obliga a gastos futuros. El propietario de un barco es, en cierto modo, un propietario cautivo que no puede desentenderse de su embarcación aunque no la use. Y ya que hablamos de esto: si poseer un barco supone un esfuerzo económico tal que dejaremos de hacer otras cosas que nos gustan o se convertirá en una fuente de estrés, ¿qué sentido tiene?

Si cuando hablamos de «mucho dinero» somos de los que pensamos en miles de euros en lugar de en decenas de miles, nos conviene leer El coste de mantener un velero.

Dedicación

Los trabajos realizados por profesionales fácilmente pueden resultar muy caros (hablamos de mantenimiento y puestas a punto mecánicas, reparaciones de instalaciones eléctricas y electrónicas, trabajos realizados en el casco, ya sea de madera, fibra o aluminio, así como trabajos de carpintería y tapicería interior). ¿Tenemos tiempo, ganas y energía para encargarnos nosotros mismos de mantener y renovar nuestro barco? ¿Nos apetece aprender las cosas que nos hará falta saber? En concreto: ¿tenemos la motivación necesaria para interesarnos en temas como la resina de poliéster, el control de la humedad en un barco, la hidrólisis o la corrosión galvánica, o nada más leer esos términos hemos lanzado un bostezo?

Si aun así nos animamos, tampoco hay que perder de vista que los mejores libros (de largo) sobre mantenimiento de veleros dirigidos a amateurs están en inglés y familiarizarse con todo el lenguaje técnico  requiere algo de tiempo. Hay muchos, pero aquí sentimos predilección por los de Don Casey, bien escritos y con ilustraciones de lo más útil. Os recomendamos los siguientes. El primero es sobre mantenimiento general y reúne seis libros en un solo volumen en los que se abordan todos los aspectos a considerar: casco, motor, electricidad (quizá el capítulo más flojo), velas, aparejo, etc. Amazon ofrece una vista previa de varias decenas de páginas para que os hagáis una buena idea de lo que os vais a encontrar:




>> LIBRERÍA NÁUTICA

El segundo cuenta paso a paso como restaurar un velero de fibra y Amazon también ofrece una vista previa muy amplia:


CÓMO ELEGIR UN VELERO DE SEGUNDA MANO

  1. Las características del velero perfecto
  2. Balandra o queche: ¿qué elegir?
  3. Cuestión de formas: las prestaciones de los distintos tipos de quilla
  4. Motor fueraborda o motor intraborda
  5. Por qué optar por un barco de fibra de vidrio
  6. Electrónica náutica para principiantes
  7. El programa de navegación

10 Comentarios

    • Hola, José Ángel:

      Gracias por tu pregunta. Como comento en la entrada, eso es difícil de decir: dependerá de tus circunstancias particulares. Si yo fuera tú, lo primero que haría es responderme qué voy a hacer con el velero, lo que me indicará las características que debe tener, y cuánto me puedo permitir gastar. Hay que ser muy realista con ambas cosas. A partir de ahí, buscaría modelos que se ajustaran a lo que necesito e investigaría qué se dice de ellos. De algunos hay info en internet. También puedes acudir a foros y preguntar qué experiencia tuvo la gente con su primer velero, qué modelo era, cómo les fue con él, qué errores creen que cometieron, etc.
      La Bolsa tiene un grupo bastante grande en Facebook donde puedes preguntar: Bolsa de Navegantes

      Un saludo

        • Por decir algo concreto, te sentirás más cómodo con un barco de entre 6 y 8 metros, aunque se te puede quedar pequeño dependiendo de para qué lo quieras. Aprenderás más y más rápido en un velero pequeño, pero este también será más incómodo y te pedirá que seas más rápido de reflejos. Todo lo que aprendas en un velero pequeño lo podrás aplicar después en otro más grande, en el supuesto, eso sí, de que el presupuesto te dé para ir cambiando de barco. Un barco grande tarda más en responder, por lo que es más difícil ver el resultado de tus acciones y se aprende menos con él.

  1. me gusta mucho el titulo y las preguntas que se abren. Pongo de ejemplo que mi hermano me pregunto si me tocara la loteria que barco de crucero nuevo compraria. le respondi que ninguno, pues no se exactamente que necesito. navego en regatas de crucero, mi familia ha tenido dos barcos y tengo un 470 y aun asi me surgen dudas entre, quilla corrida, desplazamiento, motor potencia…..

    • Hola, Mario:

      Pues puede ser tan pequeño como desees siempre que esté diseñado para navegación oceánica. Las categorías de diseño (hay cuatro: océanica, navegación en alta mar, navegación en aguas costeras y navegación en aguas interiores) atienden a la construcción de los barcos, al viento y oleaje que son capaces de soportar. Por ponerte un ejemplo, en nuestra sección de compraventa tenemos anunciado un velero de 6,5 m de eslora pensado para el cruce. Lo puedes ver aquí. (Actualización: El velero ya se vendió, pero mantenemos el anuncio para quien lea este comentario)

      Respecto al espacio, depende de las necesidades de confort que tengáis, pero disponer de un espacio o rinconcito para cada uno de los tripulantes me parece importante para una travesía tan larga. Para dos, te diría que un velero de 8 metros mínimo; pero depende, es distinto viajar con un amigo o conocido que con tu pareja.

      Escribí una entrada sobre cómo es eso de vivir en un velero donde igual encuentras ideas que te sirven: Vivir en un velero: lo que hay que saber

  2. Esta web es realmente un paseo a través de toda la información que quería sobre este este tema tan interesante y no sabía a quién preguntar .

Dejar respuesta

Comentario
Tu nombre