LA NAVEGACIÓN EN ALTA MAR demanda una gestión meticulosa tanto del sueño como de los turnos de guardia. Cuando las embarcaciones se aventuran en grandes travesías, la seguridad de la tripulación y del barco depende en gran medida de cómo se aborden ambos aspectos. En este entrada exploraremos en detalle la importancia de descansar adecuadamente durante la navegación, el impacto negativo de la falta de sueño y cómo establecer sistemas de vigilancia eficientes.
Vigilancia desde el principio
En un barco, la vigilancia debe comenzar tan pronto como la embarcación haya dejado el puerto y establecido su rumbo. A menudo, los viajes costeros largos o las travesías oceánicas comienzan muy pronto por la mañana, con toda la tripulación en cubierta. La emoción y el deseo de contribuir al manejo del barco estén presentes, y aquí es cuando el patrón tiene que rebajar el entusiasmo y asegurarse de que aquellos a los que en ese momento no se necesita lleguen descansados a sus turnos de guardia, en especial a las nocturnas.
La falta de sueño es peligrosa
La esencia del buen descanso
El sueño de calidad es una parte fundamental de la navegación. Sin él, la eficiencia disminuye, nos ponemos de mal humor y se cometen errores en la toma de decisiones. La falta de sueño es, en esencia, peligrosa. En el mar, donde las condiciones pueden cambiar en cuestión de minutos, es imperativo contar con una mente alerta y concentrada.
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Sistemas de vigilancia en el mar
Existen diversos sistemas de vigilancia en el mar, y su elección depende en gran medida del tamaño de la tripulación y la capacidad de la embarcación. Veamos unos ejemplos:
- Seis personas a bordo: En este caso, es posible implementar turnos de vigilancia de 4 horas, seguidos por 8 horas de descanso ininterrumpido. Este sistema permite un sueño relativamente prolongado y un descanso completo.
- Dos personas a bordo: En muchos barcos de crucero oceánico, es común que solo haya dos personas a bordo. Esto generalmente significa turnos de 4 horas de guardia y 4 horas de descanso. En teoría, esto brinda 12 horas de sueño en un ciclo de 24 horas, pero en la práctica, el tiempo para dormir suele ser más corto debido a la necesidad de prepararse antes de la guardia y realizar tareas de navegación, mantenimiento e intendencia durante el descanso.
- Parejas de navegantes: Algunas parejas que navegan juntas pueden optar por turnos más cortos, como 2 horas de guardia y 2 horas de descanso, especialmente en condiciones climáticas adversas. Esto les permite compartir la responsabilidad de la vigilancia y descansar brevemente entre turnos.
Los efectos de la privación del sueño
La falta de sueño puede tener efectos graves en la salud mental y afectar negativamente la habilidad de los navegantes para tomar decisiones racionales, lo que pone en peligro la seguridad de la embarcación y la tripulación.
Sacrificar la velocidad por el descanso
En situaciones en las que la tripulación tiene que estar continuamente activa para ayudar en el gobierno del barco, o cuando se navegan en condiciones climáticas extremas, es importante estar dispuesto a sacrificar la velocidad por el descanso. En estos casos, cuando la situación por fin lo permita es aconsejable detenerse durante varias horas para que todo el mundo pueda recuperarse sin interrupciones. El resultado suele ser una mejora significativa en la moral, la alegría y la eficiencia de la tripulación.
Conclusiones
La navegación segura y efectiva en alta mar requiere un equilibrio cuidadoso entre la vigilancia y el descanso. La implementación de sistemas de guardia adecuados y la conciencia de los efectos de la privación del sueño son fundamentales para garantizar el éxito y la seguridad de cada travesía. La responsabilidad del capitán y la cooperación de la tripulación son clave para actuar con seguridad y eficiencia en el mar.
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