Humedad en el barco: soluciones inteligentes

SI PASEAMOS POR UN PUERTO UN DÍA LABORABLE, es posible que veamos muchos barcos cerrados y sin ventilar. Pues bien, si el nuestro es uno de ellos, tenemos que saber que el aire estancado en su interior lo podría estar dañando. Después de un tiempo sin subir a bordo, no seríamos los primeros en ser recibidos por manchas negras y olores desagradables.

El problema de la condensación en pocas palabras

Vídeo: De 10:20 a 12:20, un ejemplo no muy grave, pero sin duda un fastidio, de lo que nos podríamos encontrar.

La mayoría de los barcos producidos en serie cuentan con unos sistemas de aislamiento y ventilación deficientes. Como resultado, no es extraño que el ambiente sea húmedo y poco confortable, con mucho calor en verano y mucho frío en invierno.

Pero no todos los barcos son iguales. Eso significa que para tomar decisiones inteligentes y solucionar nuestro problema particular, lo primero es entender a qué nos enfrentamos.

Temperatura, humedad relativa y punto de rocío

Los seres humanos transpiramos y exhalamos entre 40 y 90 gramos de vapor de agua por hora en función de nuestra tasa metabólica basal y de nuestro nivel de actividad. A bordo de un barco, dos personas pueden producir entre 2 y 3 litros de vapor de agua al día. Además, diversos quehaceres cotidianos, como ducharnos o cocinar, contribuyen a aumentar la humedad en el ambiente.

La capacidad del aire para retener esa humedad depende de la temperatura, lo que nos lleva al primer término técnico que debemos conocer, la humedad relativa, que nos indica cuánto vapor de agua hay en el aire en comparación con todo el que podría contener a la temperatura a la que se mide. Se expresa como un porcentaje.

Por ejemplo, una humedad relativa del 50 % significa que el aire contiene la mitad de todo el vapor de agua que puede contener. Una humedad relativa del 100 % significa que el aire está completamente saturado y que tendremos que intervenir de forma activa o nuestra vida a bordo pasará a ser miserable.

Esto nos lleva al siguiente término técnico: el punto de rocío, que es la temperatura más alta a la que el aire necesita enfriarse para alcanzar una humedad relativa del 100%. En este punto, el aire no puede contener más agua, se forma condensación, crecen helechos y flores tropicales en la sentina y queremos vender el barco.

El siguiente gráfico muestra el punto de rocío en diferentes rangos de temperatura y humedad relativa. Los colores indican los distintos niveles de confort.

Pongamos un par de ejemplos. En ambos casos, la temperatura en el interior de nuestro barco es de 22 °C.

  • Ejemplo 1: La humedad relativa es del 50 % y el punto de rocío (dew point, en el gráfico) se sitúa a 11 °C. La vida a bordo es agradable, pero si la temperatura desciende hasta esos 11 °C o menos, como puede suceder de noche sin calefacción, vamos a tener un problema grave de condensación. Esa es la razón por la que hay que calentar el ambiente.
  • Ejemplo 2: La humedad relativa es del 50%, pero hacemos la colada y ponemos ropa a secar en el interior. La humedad relativa aumenta drásticamente y pronto llegará el momento en que el vapor de agua empiece a condensarse. En este segundo caso tenemos que eliminar la humedad. Eso es bastante fácil cuando hace calor y podemos abrir las escotillas, pero los meses más fríos demandan otras medidas.

Cómo solucionar el problema de la humedad a bordo

Humedad a bordo

No importa lo bien que hayamos sellado una embarcación: la humedad siempre encuentra el modo de llegar al interior. El ciclo diario de calentamiento y enfriamiento actúa como una bomba de calor: el aire caliente absorbe la humedad del exterior, que se condensa por la noche cuando la cabina se enfría.

Aislar, calentar, extraer

En función de si estamos en un puerto deportivo o fondeados, tenemos diferentes herramientas y recursos a nuestra disposición, pero si queremos hacer las cosas bien, las medidas a tomar pasan por:

  1. Aislar nuestro barco
  2. Calentar el interior
  3. Extraer el aire

Como acabamos de señalar, el aislamiento del barco sería la primera intervención a realizar, pero para una mejor comprensión de lo que viene continuación, será el último punto que trataremos.

Calentar el interior

La capacidad del aire para retener la humedad aumenta a medida que este se calienta. Al calentar el interior del barco, evitamos que la humedad se condense sobre cualquier superficie y estamos preparando el terreno para el siguiente paso: extraer el aire.

Extraer el aire

Ventilación velero

Circuito habitual de los sistemas de ventilación activos y pasivos en una embarcación.

Todos los ventiladores del mundo no sirven para prevenir ni revertir la condensación

La ventilación pasiva es nuestra primera aliada. Los manguerotes permiten que el aire empujado por el viento llegue al interior de la cabina, y los aireadores de cubierta también facilitan su circulación, pero es probable que ni los unos ni los otros sean capaces de zanjar el asunto por sí solos en todas las situaciones.

Los ventiladores solares son una solución mejor y cada vez más popular, aunque no es barato instalar varios. Y recordemos: todos los ventiladores del mundo no sirven para prevenir ni revertir la condensación, solo mueven el aire.

Asimismo, un solo ventilador no es suficiente. Del mismo modo que en una casa necesitamos abrir dos ventanas para provocar una corriente, en un barco necesitamos al menos dos ventiladores para que el aire húmedo salga a medida que entra el seco. Los fabricantes afirman que los ventiladores solares pueden extraer unos 20-25 m3 de aire con buenas condiciones de luz. Y eso no solo es bueno para nuestro barco, también hará que subir a bordo en un día caluroso sea mucho más agradable.

Por supuesto, hay ventiladores eléctricos más potentes que se sirven de las baterías de la embarcación o de la alimentación externa cuando tenemos el barco amarrado.

En todos los casos, una buena ventilación dependerá de que la ubicación de estos accesorios: si los puntos de entrada y salida están cerca, se formarán bolsas de aire estancado.

Armarios ventilados

Pañoles debajo de una cama Pullman.

Mantener la cabina aireada es lo principal, pero también hay que ventilar todos los espacios cerrados que haya en su interior, que deben contar con orificios que permitan la circulación del aire, como en la foto.

Cuando no estamos en nuestro barco, dejar entreabiertas las puertas de camarotes y armarios es la forma más fácil, y posiblemente la mejor, de ventilar los compartimientos cerrados. Para evitar que vayan dando golpes con el movimiento del barco, podemos bloquearlas con un pestillo de tipo gancho de cierto peso.

Aislar el barco

El propósito del aislamiento es crear una capa en la que el aire no circule porque solo el aire estancado aísla.

Qué aislar primero

Como todos sabemos, el aire caliente es más ligero que el frío y se eleva. En consecuencia, el techo de la cabina es la primera zona en la que va a tener lugar la condensación; eso lo convierte en el primer punto de intervención para mantener el vapor de agua en el aire y poder extraerlo.

Aislar los laterales es más difícil por todo lo que hay montado en ellos, pero si tenemos la oportunidad, vale la pena hacerlo. Cuanto más aislemos, menos energía gastaremos.

Qué material usar para el aislamiento de un barco

El tipo de aislamiento que necesitamos es un material con una estructura de celdas cerradas, lo que nos lleva a descartar la lana de roca o similares. Una estructura de celdas cerradas es el único tipo de aislamiento adecuado para trabajar en un barco, ya que no absorbe agua ni humedad. Hay varios productos útiles para este propósito, y entre todos ellos uno es el Armaflex.

Antes de continuar, señalar aquí que nos referimos al Armaflex porque es el producto que conocemos. Existen otras alternativas, como Low-e, Dow y Aerogel, y es posible que algunas más. Por lo que tenemos entendido, el producto de más calidad, incluso mejor que el Armaflex, es el Aerogel, pero no tenemos ninguna experiencia con él. No es fácil encontrarlo y no lo hemos visto ni tocado.

El Armaflex es muy fácil de moldear y cortar, aísla muy bien, es adecuado para uso marino, retardante del fuego, tiene propiedades antimicrobianas, se puede obtener en forma de rollos autoadhesivos y su precio es razonable. A esto último hay que añadir que el aislamiento es un trabajo que se hace y se paga una sola vez: la calefacción, el aire acondicionado o los extractores son un gasto continuo. Y son ruidosos.

Armaflex 10 mm de grosor


Deshumidificadores para barcos: cómo elegir la mejor opción

Cuando se tiene acceso a las tomas de corriente de tierra, una de las herramientas más poderosas de nuestro arsenal es el deshumidificador, un aparato que captura la humedad que hay en el aire y la recoge en un recipiente.

Hay dos tipos principales: los deshumidificadores de condensado (o por compresión) y los deshumidificadores desecantes rotatorios.

Deshumidificadores de condensado

Utilizan básicamente una placa fría para inducir la condensación bajando su temperatura por debajo del punto de rocío. Como tales, son completamente inútiles a temperaturas ambiente más bajas de las que alcanza la placa, de modo que si hemos leído por ahí que la solución a la humedad o la condensación en un barco es un deshumidificador portátil, esto es algo a tener en cuenta. Los deshumidificadores de condensado son más baratos y gastan menos energía.

Deshumidificadores desecantes rotatorios

Son efectivos hasta la temperatura de congelación, aunque no por debajo.

Pro Breeze

Condensado

Inventor

Desecante

Calentadores diésel

Fuera de puerto y sin toma de corriente, el deshumidificador no es una opción para la mayoría de navegantes. Un calentador diésel podría ser la solución para los problemas de humedad durante el fondeo. Estos aparatos extraen aire seco del exterior, lo calientan (haciéndolo superseco) y lo inyectan dentro del barco, donde crean una sobrepresión que fuerza al aire caliente y húmedo a salir por los conductos de ventilación.

Calentador diésel

Cloruro de calcio

¿Nada de todo lo contado nos sirve? El cloruro de calcio al rescate.

El cloruro de calcio es una sal química que atrae el vapor de agua que hay en el aire. No reduce la humedad a cero, pero ayudará a mantenerla bajo control en ausencia de ventilación continua.

La forma más económica de usar cloruro de calcio es comprarlo a granel como sal para deshielo. Si lo hacemos así, recordemos leer bien la etiqueta y asegurarnos de que no nos llevamos otro producto empleado con el mismo fin. Durante el invernado, podemos dejar varias cubetas con cloruro de calcio por todo el barco. En la primavera, encontraremos los cristales secos fusionados en una masa de bolitas blancas hinchadas, posiblemente sobre un charco de agua.

Humydry

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