CON UN BARCO NUEVO SE OBTIENE LO QUE SE PAGA, al menos en teoría, pero el mercado del barco usado es un terreno de arenas movedizas. ¿Un precioso velero de 12 metros recién salido del astillero es más de lo que nos podemos permitir? ¡No hay por qué preocuparse! En esta página web tenemos otro igual por lo mismo que cuesta un coche. El propietario asegura que está impecable, que siempre lo ha tratado como a un bebé y que lo vende con todo el dolor de su corazón, pero que ya no lo puede usar por unos inesperadísimos cambios en su vida.
Ejem… Aunque puede que haya casos así, la realidad no suele ser tan halagüeña. Las cosas, en el mejor de los casos, se desgastan con los años y no pueden estar «como nuevas». Y mucho menos un velero de segunda mano.
¿Nuestro primer barco? Algunas consideraciones previas
¿Por qué quieres comprarte un barco?
La fascinación por los veleros bien hechos es algo a lo que poca gente puede resistirse: evocan la aventura, van sobrados de estilo y parecen representar la aspiración de independencia y confianza en uno mismo que muchos albergamos. Compra un velero y te convertirás en una nueva persona, nos dice el demonio al oído.
Ante esto, hay que estar prevenidos y enfrentarnos al asunto de un modo clínico y desapasionado, como si tuviéramos que decidir la compra por un amigo al que queremos mucho y no queremos perjudicar.
A este amigo le tendríamos que decir que es fácil entusiasmarse ante la perspectiva de estrenar velero e imaginar que haremos grandes viajes, pero que en la práctica estos requieren de experiencia (y títulos), lo que significa tiempo y dinero; que para ellos es necesaria una embarcación en buenas condiciones y especialmente bien equipada, lo que se traduce en más dinero; y que resultan difíciles de encajar en una vida normal en la que ya haya otros compromisos. Le diríamos a nuestro amigo que cierta dosis de realismo le vendría bien.
Y le preguntaríamos algunas cosas: ¿Por qué quieres comprarte un barco? ¿Quieres quizá impresionar a alguien? Vale, eso puede funcionar, pero ¿cómo esperas realmente que un barco mejore tu vida? ¿Tienes pensado usarlo solo, con tu pareja, con tus amigos, con tu familia o con todos ellos? ¿Lo usarás unos pocos días en verano, todos los fines de semana o como segunda residencia? ¿O quieres dejarlo todo y dar la vuelta al mundo? ¿Te puedes permitir un barco de verdad? La respuesta a este tipo de preguntas podría ayudar a nuestro amigo a decidir si la compra de un velero es realmente una buena idea, así como a elegir el tipo que más le conviene.
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Soy rico, lo que acabo de leer no me incumbe
SE escucha continuamente: no te encapriches de un barco
Ah, ¿eres rico? Qué maravilla. ¡Ojalá pudiéramos decir lo mismo! Si no te importa, déjanos un comentario al final de esta entrada y nos cuentas cómo lo has conseguido. Pero aquellos que no tengan esa suerte, tendrán que grabarse esto en la mente: mucho cuidado con ir más allá de lo que nos podemos permitir. De no hacerlo, podríamos vernos metidos en una encerrona con un barco que esquilma nuestros bolsillos y no revenderemos fácilmente. Por ejemplo, solo en pintura antifouling (la pintura protectora que se aplica en la parte sumergida del casco y que debe renovarse todos los años), la diferencia entre el coste de pintar un barco de 9 metros o uno de 12 puede rondar los 400 euros, por no hablar de la diferencia en el coste del amarre, que estaría sobre los 1.000 o 1.500 euros anuales, o de renovar toda la jarcia firme, de varios miles de euros.
Y así casi todo.
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La importancia de formarse
Hay muchos casos de armadores sobrepasados por barcos que no pueden mantener
En el mercado de segunda mano las posibilidades de comprar algo que sea un desastre son muy reales. Por eso y para evitar cometer un error se suele contratar a un perito naval que examine la embarcación por nosotros.
Lo que sucede es que antes de decidirnos por un velero vamos a ver muchos, y no podemos pagar 300, 400 o 500 euros a un perito todas esas veces para que nos saque de dudas. Por eso es importante formarnos y estar en situación de juzgar ciertos aspectos fundamentales por nosotros mismos. Con este fin, hemos elaborado una guía de revisión de un velero de ocasión con muchos ejemplos, técnicas y trucos. Se centra en los barcos de fibra de vidrio y el índice se encuentra al final de esta misma entrada.
¿Qué es lo que de verdad cuenta?
Para no ir dando bandazos, no podemos perder de vista que un velero vale lo que vale su casco, cubierta, motor, palo y jarcia firme; y en segundo lugar sus velas, cabullería, equipos de electrónica náutica y resto de accesorios necesarios para la navegación. Estos son los elementos que hacen que un objeto merezca el nombre de barco.
El mal estado de alguno de estos elementos, en particular de los primeros, hará que un velero difícilmente se venda, a no ser que nos oculten su deterioro, así que mucho tiento con ellos: reparar un par podría costar más que el propio barco, y esto no es una manera de hablar.
Sobre todo, no nos dejemos deslumbrar por el aspecto. Un interior bonito, unos barnices relucientes o una nueva mano de pintura podrían estar disimulando graves desperfectos. Se escucha continuamente: no te encapriches de un barco.
Los pequeños desperfectos
Junto a lo dicho, no hay que perder de vista los pequeños desperfectos. Pasarlos por alto sería un gran error. Esas aparentes cuestiones de detalle van desde el cambio de mangueras, abrazaderas o pasacascos hasta trabajos de fontanería, mejoras en el sistema eléctrico, la fijación de los accesorios de cubierta o el repaso de las velas. ¿Algo de todo esto suena limpio, fácil y barato?
Todas estas fallas pueden convertirse en un dolor de cabeza y un condicionamiento constante. Y pueden además restar valor a nuestra embarcación, porque aunque nosotros estemos dispuestos a bregar con cierto inconveniente, un futuro comprador podría no estarlo en absoluto.
«¿Pero tanto cuestan este tipo de arreglos?», nos podría preguntar nuestro amigo.
Respuesta: Hay muchos casos de armadores sobrepasados por barcos que no pueden mantener. Aprendamos de los errores de los demás y no subestimemos el coste de reparar esas «pequeñas cosas» y de sustituir aquellas otras que «todavía aguantan» pero que habrá que (se abre en una ventana nueva)jubilar en el corto o medio plazo. Hacerles frente puede ser un suma y sigue constante que suponga tanto tiempo y dinero como una gran reparación, sino más. Para comprobarlo solo tenemos que visitar la web de alguna tienda de accesorios náuticos que se anime a poner los precios de los artículos que vende. Pero si incluso con estos costes adicionales damos con un barco que puede ser una compra interesante, adelante; de lo contrario, sigamos buscando.
Creemos que hemos encontrado nuestro barco, ¿qué sigue ahora?
Hasta cierto punto podremos evaluar la condición de un barco por nuestra cuenta
Después de nuestra revisión, y antes de hacer una oferta de compra, tendremos que acudir al famoso perito, cuyo informe nos ayudará a determinar si el estado del barco justifica su precio o si tenemos argumentos para negociar una rebaja. El perito deber ser alguien con conocimientos sólidos en diseño y construcción naval que evalúe detalles específicos y corrobore lo acertado de nuestra elección, señalando aquellos aspectos técnicos que desconocemos.
En la selección de un perito tampoco nos la juguemos: pidamos referencias y solicitemos ver informes de peritajes anteriores. Si esa persona es competente y está segura de la calidad de su trabajo no debería ponernos problemas.
¿Es buena idea dejarlo todo en manos del perito?
Aunque acudir a un perito es un paso que no nos podemos saltar, por lo menos cuando hablamos de un desembolso importante, hay muchos ejemplos de personas que buscaron esa «opinión profesional» y tuvieron sorpresas desagradables al poco tiempo de empezar a navegar. Así pues, no hay que dejar de confiar en las propias capacidades y tomarse la molestia de examinar el barco a fondo uno mismo. Hasta cierto punto, podremos evaluar su condición por nuestra cuenta.
aun sin ser expertos en la materia podemos notar si estamos siendo engañados
Preguntas de sentido común
Junto con la revisión, llamémosla «técnica», del velero, hay ciertos aspectos básicos de sentido común que tenemos que plantearnos. Hagamos una lista:
- ¿Está limpio el barco y el aspecto general es bueno?
- ¿Hace lo que debería hacer? Esto es: ¿Se pone en marcha el motor con facilidad y funciona bien? ¿Suben y bajan las velas sin problemas? ¿Se abren y cierran bien portillos y escotillas? Etc.
- ¿Se ve todo de mala calidad, con mucho trote a sus espaldas y con demasiados apaños o se nota, más allá de una capa de pintura de última hora, que ha habido un mantenimiento?
- ¿Los objetos que hay en el barco, incluso aquellos que propiamente no tienen nada que ver con él, son de buena calidad, o son de lo más barato que se puede encontrar?
- ¿Está siendo honesto con nosotros el propietario o el vendedor? ¿Nos estaba esperando con el motor caliente para realizar la prueba en el mar? ¿Ha puesto problemas o excusas para no mostrarnos facturas de reparaciones o trabajos de mantenimiento? ¿Nos ha puesto problemas cuando hemos querido examinar la sentina? ¿Y qué pasa con los desperfectos importantes: nos ha informado de su existencia o solo los ha mencionado cuando nosotros los hemos descubierto?
Como estas preguntas ponen de relieve, aun sin ser expertos en la materia podemos notar si estamos siendo engañados, pero eso será más fácil si sabemos en qué nos tenemos que fijar. En consecuencia, lo mejor es empezar por aprender tanto como sea posible sobre mantenimiento y los tipos de averías y desperfectos que suelen afectar a los veleros.
La guía que presentamos a continuación está pensada para orientar en ese sentido. En conjunto es una lectura bastante larga, así que os sugerimos que añadáis esta página a marcadores para volver más adelante o que antes de empezar con ella os preparéis una taza de café (o lo que mejor os siente).
REVISIÓN DE UN VELERO DE OCASIÓN: GUÍA COMPLETA
- Comprar un velero de ocasión: ¿dónde nos estamos metiendo?
- Por qué optar por un barco de fibra de vidrio
- El casco
- La cubierta
- La jarcia firme y el palo
- Las velas
- El interior
- Fontanería y sistema eléctrico
- El motor
- El perito naval
Estoy en busca de información porque quiero comprar mi primer velero y tu pagina a me ha ayudado muchísimo.
Mucha y muy buena información, muchísimas gracias.
Gracias a ti por tu comentario y por tener la paciencia de leer lo que escribo por aquí. Espero que te sirva por lo menos un poco.
Gracias Daniel. Muy útil la información. Sin duda alguna una buena ilustración para aquellos que siempre tenemos en la cabeza la compra de un velero.
Gracias a ti por pasarte por aquí. En el blog hay varias entradas dedicadas a la compra del primer velero. No son más que un punto de vista, pero quizá encuentres información útil en ellas.
Excelente resumen de cómo mirar un barco. Muchas gracias.
Gracias por el comentario, Carlos. Espero que te haya servido.
Daniel, un blog de lo mejor que he visto con referencia a la posible compra de un barco. Lo he leído de un tirón y te aseguro que se me han quitado las ganas de comprar un velero. Igual habrá que ir por el tema del alquiler porque al final para el tiempo que realmente sales a navegar te sale carisimo la compra. Gracias por la información y espero que sigas aumentando tu blog.
Gracias, Alejandro, celebro que te haya gustado. La verdad, no es mi intención boicotear la venta de barcos ni disuadir a nadie de comprar uno, solo ayudar a tomar la decisión de manera informada.
Todo depende del esfuerzo que a uno le cueste mantener un barco (si te lo puedes permitir cómodamente, pues nada, a vivir la vida), pero si uno necesita ir con tiento con los números no tiene sentido comprar un velero si no se le va a sacar todo el partido, lo que podría ser, por ejemplo, navegar en verano, hacer salidas de fin de semana y quizá regatas el resto del año, y usarlo también como segunda residencia. Si tu programa de navegación es usarlo durante las vacaciones y poco más, mejor alquilarlo (si lo haces con más gente, no es tan caro) y olvidarse de problemas.
Además, cuando alquilas puedes hacerlo en un sitio diferente cada vez: Grecia, Turquía, Caribe (¿por qué no?) y no necesitas tener un velero equipado como si fuera una astronave para llegar a cada destino.
Respecto al blog, tengo intención de añadir nuevas entradas, sí, y mejorar las que ya hay, aunque ahora estoy enfrascado en preparar nuevos tests para el curso del PER, que me están llevando mucho trabajo.
Un saludo.
Hola ,es de agradecer ,y mucho, que gente con experiencia se siente a escribirlo para otros….mi reflexión,dicho esto, es la siguiente: los puertos y sus pantalanes están llenos ,o casi,de veleros de diversas épocas ,aunque la mayoria comprados en épocas de bonanza. Pasa como con los caballos, con los que tengo experiencia: hípicas llenas de animales preciosos y carisimos,que cuando las cosas van mal,ya no son ni tan bonitos ni tan caros,de hecho casi te los regalan. Digo esto porque las pasiones nos arrollan,somos humanos,y queremos complacer nuestros caprichos,que para eso trabajamos mas de la mitad de nuestra vida,coño!! Todas los reflexionames son válidas cuando hay conocimiento y si mi ilusion, llegados a los 50 tacos,me empuja a querer un barco viejo como yo ,pues que carai, a por ello!!problemas los habrá,pero como diria José Mota: «y si si?»
¡Gracias por comentar, Pep! Está claro que tener una vida cuesta dinero, tampoco vamos a quedarnos quietos por no gastar. Esta entrada solo trata de informar, y si con ella evitamos que alguien se pille los dedos nos damos por satisfechos. A partir de ahí, cada cual sabe hasta dónde llega o a qué le da más importancia. Un saludo.
Buenos días, Daniel. Pregunto desde mi ignorancia en el tema: una ves comprado el velero y teniendo en cuenta todos los gastos que mencionas, ¿se puede alquilar a terceros o llevar gente de paseo con la intención de abaratar costes de mantenimeinto? Muchas gracias y un saludo.
Buenos días, Joel. Se pueden compartir gastos como el combustible, el coste de los amarres en puertos de tránsito, la comida y la bebida. A partir de ahí entras en aguas del chárter encubierto, que por supuesto no es legal, aunque esté a la orden del día. Sería como usar tu coche como taxi sin tener licencia. Un saludo.
Está claro que no se puede hacer. Muchas gracias por tu información. Un saludo.
Me gusta mucho tu forum Daniel! Mira yo no sé cómo lo hize sinceramente creo que fue suerte porque no di un palo al agua en toda mi vida y de pum oportunidad de hacer lo que yo quiera sin límites económicos claro esta que soy joven 24. y sinceramente como todos de aquí esto es ualidad y que coño vamos a realizarlo! Claro está que lo suyo es minimo 7 metros velerico apañao y comprar el amarre + pagado la tasa esa de los cojones y vivir en ello dar un paseíto todos los domingos si hace buen sol y ala! Aprendiendo mucho por aquí! Un saludo!
Lo tuyo suena inmejorable, Lucas! Gracias por comentar y disfruta de tu buena suerte.
Soy un carpintero de rivera. Vivo en miami y quiero felicitar esta página, muy buena. La guardá en favoritos para consultarla gracias nuevamente.