CUANDO UN VELERO NAVEGA en condiciones constantes de viento y mar, las fuerzas que actúan sobre su casco y aparejo están en equilibrio: la flotabilidad con el peso y las fuerzas aerodinámicas que actúan en el aparejo con las fuerzas hidrodinámicas que actúan en el casco, la quilla y el timón.
Así, además de la belleza de sus formas, los veleros exhiben un sofisticado y complejo sistema igualmente hermoso que les permite interactuar con dos fluidos a la vez: el aire y el mar. Eso es fruto del trabajo conjunto del casco y de sus apéndices, de las velas y del aparejo, y el navegante tiene el privilegio de formar parte del espectáculo.
Fuerzas y cargas en la estructura del casco de un velero
En ese espectáculo de fuerzas cruzadas, el casco tiene que vérselas con cargas globales que lo afectan en conjunto y vienen inducidas principalmente por el aparejo y el mar, y por cargas locales en puntos concretos del casco: pantocazos, fuerzas laterales a ambos lados de la quilla o el timón, por ejemplo.
Las siguientes ilustraciones muestran el sumario de cargas que soporta el casco de un velero.
Arrufo y quebranto
Quebranto: La embarcación se encuentra con su sección media en la cresta de una ola.
Arrufo: La embarcación se encuentra con su sección media en el seno de una ola. Este esfuerzo tiende a exagerar la curvatura o elevación simultánea de la proa y la popa frente al plano horizontal del barco. Se trata de la situación más crítica de las dos, porque hay que sumar la fuerza que ejerce el palo sobre la viga del barco (ver imagen siguiente).
Palo
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