Revisión de un velero de ocasión 4: las velas

EN COMPARACIÓN CON LO VISTO HASTA AHORA, esta fase de nuestra inspección nos ocupará poco tiempo. Y podemos felicitarnos por eso, un poco de aire nos vendrá bien.

El repaso de unas velas no es algo especialmente difícil, pero siempre es preferible estar familiarizado con su tacto, aspecto e incluso sonido. En cualquier caso, como regla general podemos afirmar que cuanto más rígidas y «crujientes» se perciban más tiempo les queda por delante y cuanto más distendidas y suaves las notemos antes habrá que cambiarlas. Pero vayamos por pasos.

Izado e inspección general de las velas

Unas velas viejas siempre son una apuesta.

Lo primero será izar las velas para comprobar su tensión y elasticidad. Unas velas en buen estado deben mantenerse tensas, sin formar bolsas o pliegues innecesarios. Si están dadas de sí y muestran deformaciones significativas, estamos ante señales evidentes de desgaste.

A continuación, si hay suficiente espacio disponible cerca, las extenderemos para su examen. Y añadimos: si no hay espacio habría que buscar un lugar. Es difícil apreciar el verdadero estado de unas velas si no podemos inspeccionarlas completamente extendidas.

Aunque unas velas hayan sido bien empleadas y mantenidas, no puede esperarse que conserven una forma aerodinámica perfecta

Puntos críticos de la vela mayor

Aquí, algunas zonas son especialmente vulnerables al desgaste:

  • Vainas de los sables: Estas partes suelen sufrir más desgaste por el roce constante al navegar.
  • Patines y sistema de sujeción: Inspecciona las piezas que se deslizan por el riel del mástil. Revisa su estado y si los sistemas de fijación están en buenas condiciones.
  • Puños (esquinas de la vela): Comprueba si presentan desgaste excesivo o reparaciones previas. Los puños soportan gran parte del esfuerzo de la vela.
  • Marcas de doblado: Las arrugas o marcas producidas por el plegado y almacenamiento repetido pueden desgastar el tejido.
  • Zonas alrededor de los ollaos: Examina si los ojales (ollaos) se están rasgando o elongando, lo que indicaría un desgaste significativo.

Revisión del génova

El génova también requiere atención. Revisa especialmente la baluma. Verifica si presenta roces o pequeños cortes que podrían aumentar con el uso. Las crucetas del palo suelen ser las principales causantes de este desgaste.

El siguiente vídeo es un excelente ejemplo de cómo realizar este tipo de inspección:

Impacto de la radiación ultravioleta (UV)

La exposición a la radiación UV es una de las principales causas del envejecimiento y deterioro de las velas, pero establecer una «fecha de caducidad» no es tan sencillo como fijar unas horas máximas de exposición. Esta dependerá del uso más o menos intensivo que se les haya dado, de los lugares más o menos soleados por los que se haya navegado y de los cuidados más o menos atentos que se les haya prodigado; en conjunto, razones de más para conocer la historia del barco que examinamos.

El daño por radiación UV puede afectar diferentes partes de la vela a distintos ritmos, dependiendo de los materiales utilizados y las zonas más expuestas. Las costuras y las zonas exteriores suelen ser las primeras afectadas. Para conocer el alcance de ese posible deterioro, someteremos a las velas a unas pruebas y técnicas de inspección no destructivas muy sencillas.

Pruebas para evaluar el desgaste por UV:

  • Prueba de luz: En un día soleado, extiende la vela y mira el cielo a través de ella. Las zonas más desgastadas permitirán que pase más luz. Si ves puntitos de luz o la tela parece especialmente delgada, es señal de un desgaste avanzado.
  • Prueba de rotura controlada: Si hay alguna rotura visible, intenta ampliarla ligeramente con los dedos (de acuerdo, esto no es exactamente una «técnica no destructiva», pero hablamos de solo un poco). Si cede con facilidad, el material ha perdido su resistencia. En el caso de no encontrar ninguna rotura con la que trabajar podríamos tomar un punto y aplicar fuerza en él con un gesto de cizalla, como si quisiéramos abrir una bolsa de pipas, y ver qué tal se comporta. El problema es que probablemente no nos van a dejar hacer eso, así que tendremos que basarnos en nuestras sensaciones.

La prueba de las costuras también la realizaremos con el resto de accesorios de tela: funda protectora de la vela mayor, toldo, bímini, etcétera.

Revisión de las costuras

Las costuras son a menudo el punto más frágil de las velas. Para comprobar su estado, puedes realizar una prueba sencilla:

  • Pinzado del hilo: Usa tu uña para pinzar el hilo en varios puntos de la vela. Si las puntadas se rompen, mal asunto, ya que el hilo se ha quemado por la exposición al sol. Si el hilo no se rompe pero se deshilacha, podría estar pudriéndose.

La mayoría de velas y fundas están cosidas con hilo de poliéster estabilizador de rayos UV (Dacron) de distintos grosores. A pesar de su impresionante nombre, dos años de exposición a los rayos UV en los trópicos sería suficiente para debilitarlo severamente. Aunque se han desarrollado técnicas como la adición de nanocomponentes para mejorar su resistencia a los rayos UV, estos hilos siguen siendo más económicos y están diseñados para una vida útil relativamente corta

Existe un tipo de hilo relativamente nuevo que se ve poco afectado por los rayos UV y que está confeccionado con PTFE (Teflón). Es un poco más débil que el de poliéster cuando ambos son nuevos, aunque no tanto como para comprometer una vela, y pasado un tiempo de exposición mantiene su fuerza original. De hecho, puede durar más que la vela misma. El PTFE no se altera por la acción de la luz y se desliza con gran facilidad sobre otras superficies, por lo que quizá (y esto es una suposición, no el resultado de una prueba de laboratorio que hayamos realizado) sea más resistente a las rozaduras. Algunos fabricantes de velas lo evitan porque es más caro y difícil de usar; sin embargo, su empleo debería ser casi obligatorio en las bandas protectoras contra los rayos UV, así como en las fundas de la vela mayor y todas aquellas telas permanentemente expuestas.

Mantenimiento y reparación de velas viejas

Las velas duran mucho tiempo si se cuidan debidamente, y las viejas pueden remendarse y someterse a reparaciones menores. Incluso se pueden volver a cortar para acercarlas a su forma original (la deformación de las velas puede hacer que un barco escore y zozobre más de la cuenta, por ejemplo) lo que es mucho más barato que reemplazarlas. En cualquier caso, con eso no conseguiremos ningún milagro y el desgaste que llevan encima no se lo quita nadie. Además, una vela no es lisa; de hecho, una de las dificultades del oficio de velerista consiste en saberle dar una correcta forma tridimesional, algo que en parte se perderá cuando la recortemos.

En cualquier caso, cada cual sabe qué programa de navegación tiene en mente: dependiendo del uso que demos al velero esta forma de alargarles la vida puede tener sentido.

Y ahora una opinión que puede ser discutible

Está claro que todos queremos que aquello por lo que pagamos sea seguro y funcional, pero en el caso de que adquiramos nuestro primer barco con la intención de aprender a navegar y solo tengamos previsto realizar salidas de un día o poco más, siempre podemos adaptarnos a ir algo condicionados por unas velas viejas a cambio de ahorrarnos un dinero. Eso tiene la ventaja añadida de que nuestras primeras meteduras de pata las pagarán unos trapos que ya tienen poco que perder, aunque está claro que en algún momento tendremos que invertir en unas velas nuevas.

Resumen de puntos clave

  • Indicadores clave: La rigidez (velas nuevas) vs. suavidad (velas desgastadas) son indicativos del estado de la vela.
  • Inspección visual y táctil: Izar las velas permite evaluar su tensión y forma, mientras extenderlas facilita la identificación de daños.
  • Puntos críticos: Fundas de los sables, los rieles y sistemas de sujeción, los puños, las marcas de plegado y las áreas alrededor de los ojales.
  • Impacto del UV: La radiación UV degrada las velas. Si bien no hay una «fecha de caducidad», el uso, la ubicación y el cuidado influyen en su vida útil.
  • Pruebas: Prueba de luz y prueba de rasgado controlado.
  • Importancia de las costuras: Las costuras son puntos vulnerables. Se puede evaluar su resistencia pellizcando el hilo. El hilo de poliéster con estabilización UV es común pero se degrada con el tiempo, mientras que el hilo de PTFE ofrece mayor resistencia UV.
  • Mantenimiento y reparación: Las velas viejas pueden ser reparadas, reajustadas a su forma original y son una alternativa económica a la compra de nuevas, especialmente para principiantes.

TIENDA

Punzón para la costura de velas Speedy Stitcher

Ejemplo de uso a partir del minuto 1:30

REVISIÓN DE UN VELERO DE OCASIÓN: GUÍA COMPLETA

  1. Comprar un velero de ocasión: ¿dónde nos estamos metiendo?
  2. Por qué optar por un barco de fibra de vidrio
  3. El casco
  4. La cubierta
  5. La jarcia firme y el palo
  6. Las velas
  7. El interior
  8. Fontanería y sistema eléctrico
  9. El motor
  10. El perito naval

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