La mala muerte de los barcos de fibra viejos

Por Corina Ciocan

¿A DÓNDE VAN A MORIR LOS BARCOS DE FIBRA? La respuesta irónica es que se ponen a la venta en eBay por unos pocos céntimos con la esperanza de que se conviertan en el problema de algún otro soñador incauto.

Como bióloga marina, cada vez soy más consciente de que la eliminación incontrolada de embarcaciones de fibra de vidrio está dañando la vida marina de nuestras costas. El problema de la gestión y eliminación de las embarcaciones al final de su vida útil es global, y algunas naciones insulares ven con preocupación cómo se agota la capacidad de sus vertederos.

La resistencia y durabilidad de la fibra de vidrio transformó la industria de la navegación e hizo posible la producción en masa de pequeñas embarcaciones de recreo (las embarcaciones más grandes como cruceros o barcos dedicados a la pesca de arrastre tienen que construirse con un material más sólido, como el aluminio o el acero). Sin embargo, muchos barcos que se construyeron con el auge de la fibra de vidrio de las décadas de 1960 y 1970 ahora están muriendo.

Muchos barcos se eliminan en el mar

La fibra de vidrio contribuyó de forma decisiva a la popularización de la náutica SenseiAlan/flickr/ Chrysler, CC BY-SA

Necesitamos encontrar el modo de dar salida a todos esos barcos. Podemos hundirlos, enterrarlos, cortarlos en pedazos, molerlos o incluso llenarlos de abono e instalar un gran cartel de bienvenida en medio de una rotonda a la entrada de un pueblo costero. Pero hay demasiados y nos estamos quedando sin espacio. Para agravar el problema, la temporada de huracanes causa estragos en los puertos deportivos en algunas partes del mundo. Solo en 2017, los huracanes Irma y Harvey dañaron 63.000 embarcaciones en el Caribe.

A día de hoy, la mayoría de los barcos se depositan en vertederos. Sin embargo, otros muchos se eliminan en el mar, por lo general haciendo un agujero en el casco y dejando que se hundan.

Preocupa que estos barcos se conviertan en microplásticos

Recuperación de un velero hundido. Fuente: Canadian Coast Guard

Algunas personas defienden que los barcos de fibra vidrio hundidos se convertirán en arrecifes artificiales. Sin embargo, se ha investigado muy poco acerca de su eliminación en el mar y la preocupación es que estos barcos se degraden, se desplacen con las corrientes, dañen los arrecifes de coral y finalmente se conviertan en microplásticos. En fechas recientes, los científicos han investigado el daño causado en manglares, praderas marinas y corales, y aunque por ahora los efectos solo se han registrado de forma relativamente localizada, el efecto acumulativo de los barcos abandonados puede aumentar de forma exponencial en los próximos años.

Por poner un ejemplo, investigadores de la Universidad de Plymouth encontraron altas concentraciones de cobre, zinc y plomo en muestras de sedimentos y en los intestinos de gusanos marinos en dos estuarios en el este de Inglaterra (Orwell y Blackwater). Estos contaminantes superan ampliamente los límites establecidos por la normativa de calidad ambiental y proceden de la pintura desprendida de barcos abandonados en la zona.

Los peligros para la salud humana surgen de los productos químicos o de los materiales utilizados en el barco: caucho, plástico, madera, metal, textiles y, por supuesto, grasas y aceites. Además, en el pasado el amianto se empleó como aislante en los escapes, las pinturas con plomo se usaron de forma habitual por sus propiedades anticorrosivas, y también se recurrió a compuestos a base de mercurio y tributilestaño (TBT) como agentes antiincrustantes. Aunque carecemos de pruebas sobre el impacto en las personas del TBT, el plomo y el mercurio son neurotoxinas.

Y luego están las reparaciones, como cortar, perforar o lijar un barco de fibra de vidrio. Estos trabajos a menudo se realizan al aire libre y crean nubes de polvo. Los trabajadores no siempre han usado máscaras, y algunos han fallecido por enfermedades similares a la asbestosis. Además, es inevitable que parte de ese polvo termine en el agua.

Los crustáceos filtran la fibra de vidrio (en mi propia investigación encontré hasta 7.000 fragmentos pequeños en ostras en el puerto de Chichester, en el sur de Inglaterra), y esta también puede adherirse a las conchas de las diminutas pulgas de agua, a las que hunden en el fondo marino.

Pulga de agua. Fuente: Wikipedia

Las partículas acumuladas en el estómago de los crustáceos pueden bloquear sus tractos intestinales y finalmente provocar su muerte por desnutrición e inanición.

Las micropartículas adheridas a las pulgas de agua pueden tener repercusiones en su locomoción, lo que limita su capacidad para detectar presas, alimentarse, reproducirse y escapar de los depredadores. Y es muy posible que estas pequeñas micropartículas se acumulen en animales más grandes a medida que se transfieren a la cadena alimentaria.

Estas micropartículas son las resinas que mantienen unidas las hebras de fibra de vidrio y contienen ftalatos, un grupo de compuestos químicos con grave impacto en la salud humana, desde TDAH hasta cáncer de mama, obesidad y problemas de fertilidad masculina.

Los barcos abandonados son ahora una visión común en muchos estuarios y playas, con fugas de metales pesados, microvidrios y ftalatos: realmente debemos comenzar a prestar atención al peligro que representan para la salud humana y la ecología local.

  • Corina Ciocan es profesora de Biología Marina en la Universidad de Brighton.

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